Son audífonos hechos a medida con las características anatómicas del paciente como el canal auditivo externo entre otras, consiguiendo una imperceptibilidad del mismo por parte de la gente de su alrededor. Solamente se visualizara la membrana de extracción, que nos permite sustraer el audífono con facilidad y comodidad.

Son cómodos y funcionales para el usuario, ya que no produce retroalimentación, pero debido a que el amplificador se encuentra alojado en el interior de la carcasa o molde, su potencia tiene más limitaciones siendo aconsejable solamente para pérdidas leves o moderadas. Estos audífonos son aconsejables si las condiciones que se dan son favorables para su adaptación.

En ocasiones puede ser que la voz que oiga el paciente no sea natural, ya que no deja pasar ni entrada ni salida de aire. Por esta razón, se realiza un venting, que permite mediante un pequeño orificio en la carcasa, el paso de aire igualando así las presiones, la atmosférica y la que se produce en la cavidad residual (espacio entre audífono y tímpano).

Si el paciente posee una destreza limitada, segrega cerumen o excesivo sudor, no es el audífono más apto, ya que su deterioro será más frecuente y necesitara revisiones más periódicas que cualquier otro, como todos los audífonos que se alojan dentro del canal. En conclusión, un audífono con prestaciones y estética muy buena, pero siempre que dispongamos de unas condiciones aptas por parte de nuestro paciente.

En cualquier caso, será un audioprotesista quien le indique la mejor opción en función de sus necesidades y características auditivas que posea y precise.

Audífono CIC